Aniridia y diferentes alteraciones genéticas

Actualmente se conoce bien que alteraciones genéticas en el gen PAX6 provocan en muchos de los casos la enfermedad de aniridia, que conlleva modificaciones en el globo ocular, principalmente alteraciones en el iris (región coloreada del ojo), junto con alteraciones en otras estructuras oculares y en algunos casos desarrollo cognitivo disminuido (Noonan et al., 2010, Balay et al., 2015).

Se ha identificado que el gen PAX6 está situado en el cromosoma 11 humano (Balay et al., 2015). Considerando que cualquier gen es una unidad de información a partir de la cual la célula sintetiza moléculas funcionales, se conoce que este gen da lugar a una molécula que regula el desarrollo ocular prenatal y por ello, mutaciones en esta región, se traducen en malformaciones oculares.

Aunque las mutaciones (alteraciones) en el gen PAX6 representan la mayoría de los casos de aniridia (Ticho et al., 2006), se ha demostrado que alteraciones en genes cercanos al PAX6, situados en la misma región del cromosoma 11, producen aniridia, incluso cuando éste se mantiene intacto (Cheng et al., 2011, Balay et al., 2015).

Entre estos genes se encuentran el MPPED2, el DCDC5, el DCDC1, el DNAJC24, el IMMP1L y el ELP4. En la actualidad, se cree que todos ellos codifican para moléculas que regulan el gen PAX6, de tal forma que, si dichos genes están alterados, no se “activa” éste último (McBride et al., 2011). Si el gen PAX6 no se activa, no se genera la molécula necesaria para poder inducir la formación de ciertas estructuras oculares como el iris durante el desarrollo fetal, por lo que finalmente se produce la aniridia.

Sin embargo, existen estudios en los que mutaciones en estos genes cercanos al PAX6, que regulan la “activación” del mismo, no inducen aniridia (Balay et al., 2016). Por ello, es imprescindible seguir investigando en esta área, para conocer cómo otros genes pueden afectar al desarrollo de la patología y preparar una potencial terapia.

Por último, recientemente se ha comprobado que existen malformaciones oculares que no se acompañan de una clara aniridia y que también estarían en relación con alteraciones en PAX6 tales como el nistagmus y la hipoplasia foveolar, pero eso será tema de la próxima entrega del blog (Ehrenberg et al., 2021).

Referencias:

Balay et al. A familial pericentric inversion of chromosome 11 associated with a microdeletion of 163 kb and microduplication of 288 kb at 11p13 and 11q22.3 without aniridia or eye anomalies. Am J Med Genet A. 2016;170A:202-209.

Cheng et al. A 556 kb deletion in the downstream region of the PAX6 gene causes familial aniridia and other eye anomalies in a Chinese family. Mol Vis. 2011;17:448-455.

McBride et al. DNaseI hypersensitivity and ultraconservation reveal novel, interdependent long-range enhancers at the complex Pax6 cis-regulatory region. PLoS One. 2011;6:e28616.

Noonan J et al. Genomics of long-range regulatory elements. Annu Rev Genomics Hum Genet. 2010;11:1-23.

Ticho et al. Ocular findings in Gillespie-like syndrome: association with a new PAX6 mutation. Ophthalmic Genet. 2006;27:145-149.

Ehrenberg M et al. Genetic causes of nystagmus, foveal hypoplasia and subnormal visual acuity- other than albinism. Ophthalmic Genet. 2021;42:243-251.

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