Queratocono y nuevos implantes corneales

La córnea es un tejido trasparente, situado “encima del iris (región coloreada del ojo)”, a través del cual la luz penetra en el globo ocular. En la actualidad, la pérdida de la trasparencia corneal es una de las principales causas de ceguera en todo el mundo.

La transparencia corneal se puede perder por varias razones, siendo una de ellas el desarrollo de una patología conocida con el nombre de queratocono (Santo-Domingo et al., 2022). En este caso, la córnea, concretamente la región central (estroma), se desestructura, adelgaza, pierde su forma esférica y adopta la forma de cono (de ahí su nombre). El queratocono más severo puede tratarse con un trasplante de córnea, sin embargo, se estima que en la actualidad solamente uno de cada 70 pacientes que lo necesitan tienen una córnea disponible (Gain et al., 2016). En este escenario, muchas investigaciones se centran en desarrollar alternativas al trasplante corneal.

Recientemente, un grupo de investigación ha desarrollado unos implantes corneales fabricados exclusivamente con colágeno (proteína que forma el estroma corneal), que mimetizan las características del estroma corneal sano, aunque sin células ni otro material biológico (Rafat et al., 2023). Este grupo de investigación ha demostrado que el implante es compatible con las células corneales que quedan en la córnea, que no es tóxico, que es bien tolerado y que después de 6 meses de ser implantado, el grosor, la estructura y la trasparencia corneal se mantienen. Todo ello se ha puesto de manifiesto mediante estudios preclínicos.  

Estos resultados prometedores desembocaron en la realización de un ensayo clínico. Pacientes afectados por queratocono fueron tratados con el implante. En el ensayo se incluyeron 20 pacientes y se realizó el seguimiento de su evolución durante 2 años. En ningún momento se observaron efectos adversos debidos al tratamiento. Se observó una mejora en la estructura del estroma corneal y en la transparencia corneal, desembocando en una mejora de la agudeza visual en 19 de los 20 pacientes tratados. Todos los pacientes toleraron las lentes de contacto después del trasplante, hecho que no se daba antes del mismo.  Finalmente, mientras que 14 de los 20 pacientes estaban legalmente ciegos (agudeza visual de menos de 0,05 en el mejor ojo) antes de la operación, ninguno cumplía este criterio en el ojo intervenido después de los 2 años de seguimiento (Rafat et al., 2023).

Con estos resultados, se puede observar cómo se avanza en el tratamiento de la ceguera, obteniendo resultados esperanzadores para estos implantes corneales, aunque todavía no definitivos, ya que el ensayo tuvo diferentes limitaciones. Por ejemplo, no se evaluó el efecto del implante en otras estructuras corneales (no estromales) y, además, los investigadores opinaron que los valores de ganancia de agudeza visual que se registraron pudieron tener un sesgo por limitaciones técnicas en la manera de mediarlas (Rafat et al., 2023). 

Referencias:

Rafat M et al. Bioengineered corneal tissue for minimally invasive vision restoration in advanced keratoconus in two clinical cohorts. Nat Biotechnol. 2023;41:70-81.

Santodomingo-Rubido et al. Cont Lens Anterior Eye. 2022;45:101559.

Gain P et al. Global Survey of Corneal Transplantation and Eye Banking. JAMA Ophthalmol. 2016;134:167-173.


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